Aparato Digestivo

Comienza en el pico, que contiene la lengua de forma puntiaguda y consistencia más o menos blanda.
Las gallinas carecen de dientes, y por lo tanto, los alimentos sólo sufren en la boca un leve proceso de  insalivación.
A la boca sigue la faringe, y a ésta el esófago, de forma tubular, que presenta en la región inferior del cuello una dilatación llamada buche, y en la parte terminal, una segunda dilatación que constituye el estómago verdadero o ventrículo subcenturiado, el cual posee glándulas que segregan el jugo gástrico.
A continuación se halla la molleja o estómago muscular, que posee  tres túnicas: la interna gruesa y muy dura, con crestas y rugosidades, la del  medio formada por músculos potentes y la externa que es una débil  envoltura.
El intestino delgado que es muy largo 75 centímetros como término medio en su primera porción presenta una parte encorvada el asa duodenal, donde van a desembocar las secreciones del hígado bilis y del páncreas (jugo pancreático. A continuación de aquél se halla el intestino grueso, que en las aves se conoce con el nombre de recto. En la unión de los intestinos delgado y grueso, se  encuentran dos ramas o apéndices llamados ciegos.
El recto o última porción del intestino, termina en la cloaca,  donde desembocan los uréteres, el oviducto en la hembra y  los canales deferentes en el macho.

El hígado, de color castaño oscuro, es la glándula mayor del cuerpo y está constituido por dos lóbulos principales; posee la vesícula biliar donde se  acumula la bilis, antes de ser vertida en el duodeno.
El páncreas, glándula alargada de color rosado, está alojada entre las dos ramas del asa duodenal; produce el jugo pancreático.
Próximo al hígado y adosado a la molleja, se halla el bazo, que es una  pequeña glándula de secreción interna, rojiza cuya función es poco conocida.
Los alimentos que toman las aves por medio del pico, llegan al buche donde son almacenados, humedecidos y ablandados; de allí pasan al estómago verdadero, donde el jugo gástrico los ataca.
En la molleja se trituran con la ayuda de “grit ” o piedrecillas, transformándose en papilla que pasa al duodeno, donde bajo la acción de la bilis y del jugo pancreático se vuelven asimilables, absorbiéndose los principios útiles al organismo y eliminándose los inútiles o no asimilables.